Archives

  • 2018-07
  • 2018-10
  • 2018-11
  • 2019-04
  • 2019-05
  • 2019-06
  • 2019-07
  • 2019-08
  • 2019-09
  • 2019-10
  • 2019-11
  • 2019-12
  • 2020-01
  • 2020-02
  • 2020-03
  • 2020-04
  • 2020-05
  • 2020-06
  • 2020-07
  • 2020-08
  • 2020-09
  • 2020-10
  • 2020-11
  • 2020-12
  • 2021-01
  • 2021-02
  • 2021-03
  • 2021-04
  • 2021-05
  • 2021-06
  • 2021-07
  • 2021-08
  • 2021-09
  • 2021-10
  • 2021-11
  • 2021-12
  • 2022-01
  • 2022-02
  • 2022-03
  • 2022-04
  • 2022-05
  • 2022-06
  • 2022-07
  • 2022-08
  • 2022-09
  • 2022-10
  • 2022-11
  • 2022-12
  • 2023-01
  • 2023-02
  • 2023-03
  • 2023-04
  • 2023-05
  • 2023-06
  • 2023-08
  • 2023-09
  • 2023-10
  • 2023-11
  • 2023-12
  • 2024-01
  • 2024-02
  • 2024-03
  • 2024-04
  • Friedman se ala c mo una sociolog a

    2018-10-22

    Friedman señala cómo una sociología de la percepción, y particularmente de la percepción visual, tiene alcances no solo en el terreno de los estudios sobre género, sino en las reflexiones epistemológicas sobre la construcción social de la realidad (Friedman, 2011, p. 189). Heredera de la fenomenología sociológica y la sociología cognitiva, señala cómo la percepción de la realidad está metafóricamente “filtrada”, en tanto se organiza por una atención selectiva (selective attention) que consiste en registrar perceptivamente solo los detalles que coinciden con las expectativas sociales y dejar pasar por alto o desatender (to disattend) otros. Para la autora, la percepción visual del género incluye la del sexo, pues la dicotomización sexual también se construye socialmente, entendiendo por ello que se pone atención purchase AZD4547 ciertos rasgos desatendiendo otros (Friedman, 2011, pp. 191, 196-197, 200). A partir del análisis de lo que denomina filtro socio-óptico (socio-optical filter), Friedman analiza cómo en la percepción visual de los cuerpos distinguimos cuerpos masculinos y femeninos. Ello es porque existe una atención selectiva que está dirigida por las expectativas sociales. Pero así como la atención selectiva distingue y realza ciertos aspectos, también posibilita desatender otros y dejarlos en los márgenes de la percepción. Lo anterior permite entender por qué aquello que no coincide con las expectativas perceptivas irrumpe en el esquema clasificatorio y, la mayoría de las veces, lleva a la exclusión. Por otro lado, Friedman señala cómo en su investigación sobre casos de transexuales de mujer a hombre, ellos señalan que son percibidos sin problema como hombres en ciudades pequeñas, mientras que en las grandes ciudades, donde el contexto social provee a las personas de categorías como marimacho (butch), la percepción se orienta a la clasificación de mujeres marimacho (butch-females) (Friedman, 2011, p. 195). En el primer caso bastó con el pelo corto y la ropa para una percepción de ellos como hombres, dejando de lado o desatendiendo el tamaño de las manos o la estatura. Mientras que en el segundo caso, estos últimos aspectos sí fueron tomados en cuenta. Friedman explica cómo, en la medida en que en las grandes ciudades la expectativa de percibir hombres de pelo largo y mujeres con ropa “masculina” es factible, la percepción filtró otros aspectos. En otras palabras, para Friedman, cuando percibimos visualmente el cuerpo de alguien, destacamos aquellas partes del cuerpo que, de acuerdo con nuestras expectativas sociales, nos informan de la categoría sexual a Histone acetyltransferase ,HAT la que pertenecen (Friedman, 2011, p. 198). Este proceso no solo incluye apariencia, sino movimientos, rituales y en general el performance.
    Niveles analíticos para pensar la percepción sociológicamente En sociología, además de identificar a algunos precursores y sacar a la luz una “cripto-sociología” de los sentidos (, p. 11), e inclusive señalar en qué aspectos la obra de los clásicos puede considerarse en líneas precursoras de una sociología de la percepción (Friedman, 2011, p. 189), es posible identificar niveles analíticos para argumentar qué problema resuelve cada perspectiva y sus categorías, en función de problemas disciplinares. Aquí propongo identificar dos niveles analíticos para el estudio de la percepción: el interaccional y el disposicional.
    Conclusiones Por otro lado, el nivel individual disposicional permite indagar cómo se aprende a percibir de una manera y no de otra. A partir de los “esquemas de percepción” aprendidos en diversos espacios de socialización establecemos diferencias genéricas que no solo se aplican a la anatomía y los órganos sexuales, sino también a la apariencia o hexis corporal; es decir, al ámbito sensible del cuerpo: el tono de la voz, la textura de la piel, el olor, o el movimiento. Estas formas de percibir implican una atención selectiva a ciertas partes del cuerpo, así como a modos somáticos de atención relacionados con otros aspectos que incluso pueden pasar inadvertidos, pero que, no obstante, tienen un impacto sensible (Friedman, 2011; Csordas, 2011).